El panorama financiero mundial está siendo testigo de una transformación notable: el yuan chino, también conocido como renminbi, ocupa el cuarto lugar entre las monedas más utilizadas en los pagos globales. Esta subida, que supera al yen japonés, fue destacada recientemente por Swift, la reconocida plataforma de pagos internacionales.
En noviembre, el yuan alcanzó una participación del 4,6% en los pagos globales, un aumento considerable respecto del 3,6% del mes anterior. Este ascenso no sólo coloca al yuan detrás de monedas fuertes como la libra esterlina, el euro y el dólar estadounidense, sino que también reconfigura la jerarquía monetaria global.
Uno de los factores que impulsan este avance es el atractivo del yuan para financiar el comercio internacional, impulsado por las menores tasas de interés de China. A pesar de haber sufrido una depreciación de alrededor del 3,5% frente al dólar este año, el yuan ha ido aumentando su papel en las finanzas globales, un hito significativo en el contexto de la estrategia de Beijing para mitigar los riesgos asociados con el dominio prolongado del dólar estadounidense.
En el campo de la financiación del comercio, el yuan ha demostrado un rendimiento impresionante. Las competitivas tasas de interés de China han sido una fuerza impulsora que ha convertido al yuan en una opción más atractiva para el comercio internacional a pesar de la salida de los inversores extranjeros del mercado de bonos chino. Según datos de Swift, la participación del yuan en la financiación del comercio mundial aumentó hasta el 5,7% en noviembre, superando al euro por primera vez desde septiembre.
Aunque va por detrás del dólar, que domina más del 80% del mercado mundial de financiación del comercio, el yuan está emergiendo como la moneda preferida para estas transacciones. Este fenómeno refleja no sólo cambios económicos, sino también un realineamiento de las corrientes geopolíticas, con la creciente influencia de China en los mercados globales.
El aumento del yuan en los pagos globales, particularmente en la financiación del comercio, está estrechamente vinculado a acontecimientos geopolíticos más amplios. La imposición de sanciones occidentales y las tendencias a largo plazo en los flujos comerciales están acelerando la adopción del yuan, especialmente en Asia y en economías que dependen en gran medida de la demanda china. Esta tendencia indica un mundo financiero más multipolar, donde la dependencia del dólar está disminuyendo gradualmente.
