- El arresto de Durov pone de relieve las tensiones en torno a la libertad de expresión.
- Telegram puede abandonar los mercados que restringen la libertad.
- La crítica internacional cuestiona la postura de Francia.
Pavel Durov, fundador de Telegram y ciudadano francés, rompió su silencio tras su arresto en agosto en Francia.
Su detención se produjo a pesar de la presencia de un representante legal de Telegram en el país, que gestiona todos los asuntos regulatorios. Durov expresó su perplejidad ante la acción de las autoridades, señalando que había otros medios de contacto sin involucrar a la policía.
Durov, conocido por sus firmes posturas en defensa de la libertad de expresión, declaró que su empresa no dudará en abandonar mercados que contradigan estos ideales. En un mensaje publicado en su canal de Telegram, afirmó:
“Estamos dispuestos a abandonar mercados que no son compatibles con nuestros principios porque no lo hacemos por dinero. Nos mueve la intención de hacer el bien y defender los derechos básicos de las personas, particularmente en lugares donde estos derechos son violados”.
Esta postura salió a la luz cuando el presidente francés Emmanuel Macron enfrentó críticas internacionales. Macron ha argumentado que el arresto de Durov no tuvo motivaciones políticas, aunque esta afirmación no ha logrado frenar la reacción contra la supuesta supresión de la libertad de expresión. El tema se ha convertido en un foco aún más agudo del debate público, con varias voces del sector tecnológico y de la Sociedad TON pidiendo la liberación de Durov.
La situación se agravó cuando Chris Pavlovski, director ejecutivo de Rumble, decidió abandonar Europa, advirtiendo a otros empresarios sobre los riesgos de operar en Francia bajo el actual clima de represión de la libre expresión.
Pavlovski criticó duramente las acciones francesas y afirmó que su empresa lucharía por todos los medios disponibles contra los esfuerzos de censura: "Francia amenazó a Rumble, y ahora han cruzado la línea roja al arrestar al director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, supuestamente por no censurar el discurso".