- Detención de Durov por presunto apoyo a actividades ilícitas.
- Se amplifica el debate sobre la libertad de expresión.
- La investigación francesa es más extensa de lo que se revela.
Pavel Durov, cofundador de Telegram, fue detenido en Francia acusado de graves cargos de que la plataforma facilitó actividades ilícitas, incluidos fraude, tráfico de drogas y distribución de pornografía infantil. Además, Telegram ha sido identificado como un canal de comunicación por parte de grupos extremistas, incluidos terroristas y facciones de extrema derecha, que se aprovechan de la mínima supervisión de la aplicación.
Una investigación más profunda revela que las acciones contra Telegram en Francia comenzaron mucho antes de lo previsto, y las autoridades investigan la negativa de la aplicación a cooperar en una investigación policial relacionada con el abuso sexual infantil. Este detalle sugiere un enfoque más severo y amplio por parte de las autoridades francesas con respecto a la cooperación de las plataformas digitales en las investigaciones criminales.
La detención de Durov podría durar hasta 96 horas, según lo permite la ley francesa, tiempo que sirve como plazo máximo para presentar cargos formales. El caso de Durov desencadenó un debate más amplio sobre los límites de la libertad de expresión, especialmente evidente en Ucrania y Rusia, donde el uso de Telegram es significativo, particularmente en contextos de conflicto, como el que se observa entre estos países.
En respuesta a las diversas críticas a la detención, el presidente francés, Emmanuel Macron, destacó que el arresto no estuvo motivado por motivos políticos. El discurso del presidente es notable, dado que rara vez comenta directamente sobre temas legales tan específicos.